……Ayer te soñé, y fue tan real que desperté con el sabor de tu piel
quemando mis labios...
I
Cuando la noche apenas se
desperezaba y la luna recelosa asomaba su clara silueta por entre las montañas
sentí como tantas noches la necesidad inexplicable de mencionar tu nombre y
recorrer por mi memoria, un poco adoloridas por los excesos del alcohol, los
tantos momentos en que te tuve, e incluso los que solo imagine. Y así, perdido
en los laberintos del recuerdo, me fui quedando dormido, perdido y embriagado
en el veneno de tu recuerdo. Y aun mas allá de las fronteras de la realidad,
donde nuestras vidas se confunden entre las de miles mas, entre las de nuestros
mas amados o temidos, donde la realidad y la fantasía son dos siameses
incompletos el uno sin el otro, llegaste perdida entre otras tantas fantasías
que se me habían quedado inconclusas, y sorteando todas aquellas quimeras me
tomaste del brazo y me llevaste por mundos inimaginables, y me amaste como
nunca y tus besos eternos inundaron los paisajes de grafito. Y morimos y
renacimos en un amor inexistente pero eterno. Y al despuntar el alba, cuando la
realidad abofeteo mi cara con un rayo de sol, siento el sabor inconfundible de
tu piel quemando mis labios, rogando al cielo te apiades de este pobre
subtito de tu belleza y colmes mis sueños una vez mas.
II
Te pido que no me dejes mirarte a los ojos, pues me he dado cuenta que al
perderme en el sueño de sentirme observado por ellos, me desvanezco como
un loco en mundos imaginarios, enamorado por un rato inagotable... por minutos
incontables en que soy eterno. Temo mirar esa sonrisa, y quedar estúpidamente
prendido de tu recuerdo, de la caricia suave y hermosa de mirarte de tenerte
por un momento en este mundo que he creado solo para ti...pero hasta ahora a sido
solo para mi...
III
He caminado tanto sin mirar mis pasos, sin saber hacia donde vamos... y a
veces siquiera de donde venimos. He sentido algunas veces que no puedo ya
distinguir entre tristeza y melancolía, entre amor y costumbre... Temo tanto
que esos recuerdos que nos que nos han unido, se transformen en
cadenas en nuestros pies... en neutros besos...en nuestras vidas. Temo tanto
decir adiós...convertir tantos hasta luego, insípidos algunas veces, en un
punto final, abrir por fin esta puerta que tanto golpean y
marcharme...marcharnos. Dime, crees tu que esta mal pensar que todo acabo, que
ese amor que no me dejaba dormir en noches de lluvia se ha convertido en la
lluvia misma. Dime que puedo yo hacer si hoy no río como antes, si hoy no soy
la que quieres...por que no eres quien yo quiero...si hoy no estoy viva...si
hoy me siento oscura.
IV
El durmió mirando las estrellas, murmurando tantas cosas que olvido
decir, tantas palabras que se quedaron en su boca sin poder siquiera
escribirlas. Recostada en su cama ella siquiera se acordó de aquel joven raro
que le miraba con extraño interés buscando algo en sus ojos y su sonrisa. El no
podía dejar de pensar en su cara, aquella sonrisa que desde el primer momento
lo amarro y no lo dejaba tranquilo. Ella siquiera se dio cuenta que aquel torpe
muchacho le miraba y quedaba atrapado en sus ojos y que esa mirada
iba mucho mas allá de la realidad. A lo largo de aquellos días de torpes
intentos, de miradas no encontradas y letras mal plasmadas, quedaron todos los suspiros...quedaron
los sueños y las tantas palabras que nunca le dijo. El, cargado con su
historia imaginada... marcho sin comprender, sin decir nada, sin
despedirse. Ella, siguió su vida, sin darse cuenta siquiera del mundo que creo
y destrozo, el sueño en el que estuvieron inmersas...las miradas...las
sonrisas...las palabras...los poemas.
V
No es difícil rendirse a tus pies...caer bajo el seductor hipnotismo
de tu mirada alucinante que penetra mas allá de los sueños. Mirar cada vez más
de cerca el cielo o sentir las estrellas miles acariciando mis manos
elevadas por la caricia de tu suave piel, perderse en el infinito laberinto de
tu cabello nocturno y místico. Desistir del gobierno del mundo entero solo por
un beso de esos labios infantiles que hechizan sin saberlo. Caminar por horas
perdidas buscando el rastro de tu olor en una ciudad llena de el... y seguir
por vidas enteras buscando tu sonrisa perdida en millares de rostros, y perecer
lentamente en la espera de mírate pasar, de lejos sin voltear a ver... solo por
sentir esa fragancia sutil que deja tu sombra.
VI
Cuando miles de estrellas, dormidas aun en su letargo infinito, contemplan
esos ojos que a su vez les mira con el entusiasmo de una Nina que encuentra al
fin su tan anhelado tesoro; perdidas en sus celos al ver aplacada su
belleza espectral, bailan, caen suben y vuelan, se desviven por aquel ser
incauto que se ha atrevido a desafiar su legendaria hermosura con un par de
luceros que por mucho las rebasa...ella, sutil, tierna e inocente disfruta de
aquel espectáculo sin sospechar las razones de tal. Al final, cuando todas las
estrellas caen fugaces a morir en el vació, la hermosa niña cierra sus ojos,
creadores de aquella batalla inusual, y duerme tranquila.
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